martes, 9 de junio de 2009

El otro Messi


“Quiero que Lionel salga ovacionado del Monumental”, expresaba Diego Maradona a poco de asumir como técnico de la Selección Argentina. Y se le debería creer. Ahora, ¿lo ayuda al diez del Barcelona con sus decisiones? ¿Es sólo culpa del jugador que la gente no se termine de emocionar hasta las lágrimas cómo le sucede en tierras catalanas?

Si Pep Guardiola lo rodea para que se pueda lucir en todas sus dimensiones, Maradona le genera más presión que la gente y la prensa misma. No lo cuida con las decisiones que toma. Porque lo aísla, lo condena a vivir pegado a la línea de cal. Porque teniendo al próximo mejor jugador del mundo por el sector derecho, el equipo sale siempre jugando por el izquierdo. Porque Verón ni Gago, y mucho menos tirado de volante lateral, son Xavi o Iniesta. Porque en Barcelona tiene a un Dani Alves que le pasa a toda velocidad y, en Argentina, Maradona quiere defender con tres. Porque cuando no se trabaja, dos son compañía, pero tres son multitud. Sin práctica ni movilidad, Tevez y Agüero le tapan la llegada a los volantes.

No por juntar nombres se puede garantizar un buen rendimiento. Eto´o, Henry, Iniesta y el mismo Messi se han sentado en el banquillo del Camp Nou, pero la historia fue siempre la misma: posesión de pelota, dinámica, gol y victoria. Quizá lo que falta no es que Lionel salga ovacionado, sino que lo que falta es trabajo. Ojalá el partido con Colombia haya sido prueba y error y, como contó la Pulga, Maradona tenga algo de lo que tiene Guardiola, al otro Messi.

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