jueves, 12 de febrero de 2009

Salió el gol de las sombras


Era raro verlo en Segunda porque es un goleador implacable y de gran técnica, como la mayoría de los brasileños. Santos, Betis, Valencia, Milan y Zaragoza, que se reforzó para pelear por la Liga y terminó hundido en el descenso, fueron las camisetas que defendió Ricardo Oliveira. No convenció el rendimiento del Tanque Mariano Pavone y, por eso, lo fueron a buscar al ostracismo de la Liga Adelante. El re debut en el conjunto bético fue para ilusionar.

Pavada de reencuentro tuvo Oliveira en su regreso a la Primera División. El rival era nada menos que el Sevilla, el clásico andaluz. Oportunidad única para demostrar que su fugaz paso por Segunda fue sólo por agradecimiento al equipo aragonés. Y así fue.

Varios años pasaron para que el Betis se quedara con los tres puntos en el Sanchez Pizjuan, casa del Sevilla. No le importó al ariete. Fue, buscó y peleó, con el orgullo herido por haber manchado su currículum con un descenso. Y encontró su premio. En realidad, más que su premio, es su característica: La del gol.

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